Estáis en vuestra casa amigos míos

Quién fuera amigo suyo... para poder venir a pasar unos días aquí. Un sabio dijo hace dos siglos que la buena hospitalidad es sencilla: un poco de fuego, algo de comida y un silencio inmenso. Casi 200 años después, en esta casa de la Costa del Sol la frase tiene su versión propia.